lunes, 9 de mayo de 2011

CAMINANDO HACIA LA TERCERA.













Ya está decidido que vamos a intentarlo por tercera vez lo de las pruebas de teatro en la Escuela Navarra de Teatro (ENT). Y partiendo de esa decisión tengo que trabajar psicológicamente para llegar con "buena onda" y dejar atrás el daño y el dolor sufrido este año pasado desde la segunda prueba y la segunda negación a mi persona en la ENT.







Por supuesto, hay que ir sin pensar en un resultado que ya me imagino a no ser que ocurra un milagro será el de siempre. Pero es la última vez y es una especie de despedida de la escuela, un centro por el que he luchado para que siguiera sin recibir nada a cambio... Nada que no hubiese pagado antes.







Yo, sin embargo, me fui al paro y luché por sus sueldos y porque la escuela no se cerrase. Eso no me da derecho a ser aceptada; pero me gustaría saber por qué ciertas personas que me resultan negativas no ven que no sólo los jóvenes tienen derecho a luchar por tener una profesión que les guste. Porque, ¿van a ser los jóvenes los que puedan imprimir todo lo que un personaje adulto, casi anciano, puede tener si no lo han vivido?







Como he dicho, no lo entiendo. Pero iré a pasarlo bien en las pruebas y a no pensar en el resultado. Como he escrito arriba, solamente un milagro o una calentura a la persona que decide el destino de los que entran a estudiar en la ENT, puede cambiar la calificación.







Y después, a seguir mi vida en el teatro sin mirar atrás.







Me quedaré con los amigos y las personas que son positivas de esa escuela y dejaré atrás a quienes veo la maldad en sus corazones y la amargura; y también atrás se quedarán con el tiempo las personas que me han decepcionado. Todo es cuestión de tiempo.







Y bueno; tenemos cuatro meses para prepararnos para el gran momento y salir satisfecha de que he hecho todo lo que he podido hacer, digan lo que digan los examinadores.














Marian García.

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