sábado, 30 de enero de 2010

LO MALO DE DISTRAERSE... Y LO BUENO.


He estado distraída cuando iba al teatro. Cierto que he disfrutado de cada clase, de cada función estudiando lo que debo hacer todavía para alcanzar mi sueño; pero ha habido una soberana distracción, imperdonable en alguien que alza la mano hasta agarrar sus sueños y hacerlos realidad.

A veces me he sentido fuera de lugar; lo reconozco.

Tal vez he querido ser como los estudiantes jóvenes de la Escuela Navarra de Teatro y me he olvidado de mí misma, y de que el teatro no tiene estilos únicos de personas. Cualquier persona: clásica, moderna, postmoderna, hippie, payasa, loca... es el teatro. Así que toca sentarse y reestructurar quien soy y lo que deseo. Ser yo misma y luchar por mi sueño porque yo puedo; con esfuerzo, mucho esfuerzo; pero puedo.

Pero también hay algo bueno. Esto me lleva a la introspección, el análisis de mi misma y siendo yo como soy, a la creación de una obra de teatro breve o largo, o un poema, o todo un libro. Y no hay problema de plagio pues mi vida y mis actos y consecuencias los sé y los he vivido sólo yo.

Pero sí. Ha llegado la hora de volver atrás y partir de cero. Que no es para quedarte en el pasado sino para poder seguir avanzando.

¡Y no más distracciones si no llevan a ninguna parte!


Marian García.

No hay comentarios: