viernes, 25 de diciembre de 2009

CUANDO UNA NO ESTÁ DEL TODO BIEN.




Es Navidad y tras la Nochebuena y la locura de la fiesta estoy hoy bastante apagada, sin ánimo alegre propio de mis últimos tiempos en mi aplicación de EL SECRETO y La Ley de la Atracción. Sin embargo; todo tiene su parón y ese parón ha llegado hoy.


Mi lucha a través del grupo de facebook "Salvar la Escuela Navarra de Teatro" sigue adelante y con la alegría de ver que cada vez somos más los que luchamos no sólo por el teatro, sino por todas las artes vivas, todas las artes que se pueden disfrutar en un momento y dejarnos de museos fríos que a la larga no producen nada.


No soy enemiga de los museos, pero sigo pensando que hay que ser realistas y ofrecer a la gente lo que la gente quiere; y sólo los enamorados de la Historia nos podemos embriagar con un museo; pero no creo que me llame uno de los Sanfermines a mí ni a nadie. Y los posibles turistas que puedan visitar ese museo buscarán más la actividad frenética del arte en la calle o en teatros, que un inanimado- nunca una palabra fue tan acertada=sin animación-.


Pero el deseo de escribir hoy era que toca reflexionar sobre mi futuro en teatro. Este blog que comparto en facebook comenzó con la intención de expresar lo que siento por mi amor al teatro y otras intimidades.


Hoy siento que si no me relajo y medito mi deseo de ir a las pruebas de acceso del próximo año en la ENT se quedará en nada. No puedo evitar ver que cada progreso que hago en la clase de teatro hay algo que me dicen que no avanzo. Supongo que soy como mi sobrina de seis años, hiperactiva y yo perfeccionista; y que nos cabreamos cuando algo no sale bien.


No voy a cargar contra mi profesora pues es muy perfeccionista y eso es bueno; pero a veces su entusiasmo por algunos de mis compañeros le hace alabarlos delante de los otros no tan buenos y cuando eres profesor/a de lo que sea debes pensar en toda la clase y en que si debes decir algo especial a alguien se lo dices aparte, pues los otros pueden sentirse heridos.


Bueno; supongo que es sólo un bajón y que tras hacer los ejercicios que tengo memorizados y conseguir que salgan bien a base de cabezonería veré las cosas desde otro punto de vista y recuperaré mi alegría, si la tuve alguna vez.




Marian García.

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