jueves, 26 de mayo de 2011

NUEVAS ENERGÍAS.







Siguiendo con mi intención de hacer una tercera prueba de acceso a las pruebas de teatro en la Escuela Navarra de Teatro, me siento muy viva.





El domingo fui a ver a los chicos de este año de tercero presentando su taller de fin de curso con la obra "El tiempo y los Conway" y disfruté hasta salir casi llorando de allí.





leyendo el libro nuevo de Rhonda Byrne de la serie "El secreto", "El Poder", me he llenado de positivismo y las que en el final de las segundas pruebas y parte del año han sido vistas como enemigas mías las tengo ahora de forma más positiva. No creo que me tome un café con ellas de forma excesivamente amistosa, pero mi visión de ellas ha cambiado. Desconozco que visión tienen de mí, pero es algo que no me debe importar, sino la visión que tengo yo de ellas.





Me siento mejor conmigo misma.





Estoy tan bien que disfruto de esta alegría y positivismo a pesar de que pueda mi entorno estar nublado. Hasta por las tormentas de verano doy gracias.





Y en todo este "mundo" que vivo ahora sé con más fuerza que deseo y desearé siempre estar en el mundo de la actuación.





Desearía que lo que siento lo viviera todo el mundo porque es un estado de paz y amor que debería tener todo el mundo.





Por lo pronto a disfrutar de mi preparación para las pruebas, mis sentimientos buenos hacia quienes consideré enemigas mías y son perfectas profesoras con las que he aprendido que debía ser yo quien encontrara las respuestas a mis defectos... y arreglarlos.





Y a ver a quien sigue en mi corazón... aunque sólo pueda esperar su amistad.





A veces eso es mejor que otros sentimientos.










Marian García.

lunes, 9 de mayo de 2011

CAMINANDO HACIA LA TERCERA.













Ya está decidido que vamos a intentarlo por tercera vez lo de las pruebas de teatro en la Escuela Navarra de Teatro (ENT). Y partiendo de esa decisión tengo que trabajar psicológicamente para llegar con "buena onda" y dejar atrás el daño y el dolor sufrido este año pasado desde la segunda prueba y la segunda negación a mi persona en la ENT.







Por supuesto, hay que ir sin pensar en un resultado que ya me imagino a no ser que ocurra un milagro será el de siempre. Pero es la última vez y es una especie de despedida de la escuela, un centro por el que he luchado para que siguiera sin recibir nada a cambio... Nada que no hubiese pagado antes.







Yo, sin embargo, me fui al paro y luché por sus sueldos y porque la escuela no se cerrase. Eso no me da derecho a ser aceptada; pero me gustaría saber por qué ciertas personas que me resultan negativas no ven que no sólo los jóvenes tienen derecho a luchar por tener una profesión que les guste. Porque, ¿van a ser los jóvenes los que puedan imprimir todo lo que un personaje adulto, casi anciano, puede tener si no lo han vivido?







Como he dicho, no lo entiendo. Pero iré a pasarlo bien en las pruebas y a no pensar en el resultado. Como he escrito arriba, solamente un milagro o una calentura a la persona que decide el destino de los que entran a estudiar en la ENT, puede cambiar la calificación.







Y después, a seguir mi vida en el teatro sin mirar atrás.







Me quedaré con los amigos y las personas que son positivas de esa escuela y dejaré atrás a quienes veo la maldad en sus corazones y la amargura; y también atrás se quedarán con el tiempo las personas que me han decepcionado. Todo es cuestión de tiempo.







Y bueno; tenemos cuatro meses para prepararnos para el gran momento y salir satisfecha de que he hecho todo lo que he podido hacer, digan lo que digan los examinadores.














Marian García.